Autores: Kaushadh Jayakody; Peter Gallagher; Adrian J Lloyd; David Andrew Cousins · Investigación

¿Cómo difieren la depresión y los trastornos de personalidad en síntomas y función cognitiva?

Un estudio revela diferencias en cómo las personas con depresión y trastornos de personalidad experimentan y reportan síntomas

Fuente: Jayakody, K., Gallagher, P., Lloyd, A.J., & Cousins, D.A. (2023). A quantitative analysis of the Relationship between Affective state and Personality ratings in Inpatient Depression (RAPID). [Unpublished manuscript].

Lo que necesitas saber

  • Las personas con trastornos de personalidad tienden a reportar síntomas depresivos más severos que aquellas con depresión mayor solamente, incluso cuando las evaluaciones clínicas muestran lo contrario.
  • Ambos grupos muestran mejoras en el estado de ánimo y la función cognitiva durante el tratamiento hospitalario, pero aquellos con trastornos de personalidad continúan reportando mayores dificultades cognitivas subjetivas.
  • Comprender estas diferencias entre síntomas subjetivos y objetivos puede ayudar a guiar el diagnóstico y los enfoques de tratamiento para la depresión y los trastornos de personalidad.

Entendiendo la Depresión y los Trastornos de Personalidad

La depresión y los trastornos de personalidad son dos condiciones de salud mental distintas pero a menudo superpuestas. El trastorno depresivo mayor (TDM) se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza y pérdida de interés en las actividades. Los trastornos de personalidad involucran patrones de comportamiento y experiencia interna de larga duración que se desvían de las normas culturales y causan angustia o deterioro.

Si bien estas condiciones pueden ocurrir por separado, también coexisten frecuentemente. Esta superposición puede hacer que el diagnóstico y el tratamiento precisos sean desafiantes, especialmente en entornos hospitalarios donde los clínicos deben tomar decisiones rápidas sobre la atención. Para arrojar luz sobre esta relación compleja, los investigadores realizaron un estudio que examina cómo difieren los síntomas de depresión y la función cognitiva entre las personas con TDM solo versus aquellas con trastornos de personalidad.

Cómo funcionó el estudio

El estudio se llevó a cabo en unidades psiquiátricas hospitalarias e incluyó a 60 pacientes que fueron ingresados con síntomas de depresión. Es importante destacar que los investigadores no categorizaron a los pacientes en grupos de diagnóstico de inmediato. En cambio, evaluaron los síntomas de los pacientes poco después del ingreso y nuevamente al alta utilizando varias medidas:

  1. Gravedad de la depresión calificada por el clínico (Escala de Depresión de Hamilton)
  2. Gravedad de la depresión autoinformada (Inventario de Depresión de Beck)
  3. Gravedad general de la enfermedad (Escala de Impresión Clínica Global)
  4. Dificultades cognitivas autoinformadas (Cuestionario de Fallas Cognitivas)
  5. Rendimiento cognitivo objetivo (Prueba de Sustitución de Símbolos Digitales)

Al alta, los pacientes se sometieron a entrevistas diagnósticas estructuradas para determinar sus diagnósticos oficiales. Basándose en estos resultados, los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos principales para el análisis:

  1. Grupo de solo TDM: 26 pacientes diagnosticados con trastorno depresivo mayor o distimia
  2. Grupo de trastorno de personalidad: 27 pacientes diagnosticados con uno o más trastornos de personalidad (con o sin TDM concurrente)

Hallazgos clave

El estudio reveló varias diferencias importantes entre los grupos de solo TDM y trastorno de personalidad:

Calificaciones de síntomas al ingreso

  • Calificaciones clínicas: El grupo de solo TDM fue calificado como que tenía una depresión más grave por los clínicos.
  • Autoinformes: El grupo de trastorno de personalidad informó síntomas depresivos más graves.

Esta discrepancia sugiere que las personas con trastornos de personalidad pueden experimentar o comunicar su angustia de manera diferente a aquellas con solo TDM. Es posible que los rasgos de personalidad asociados con algunos trastornos (por ejemplo, intensidad emocional, sensibilidad interpersonal) puedan llevar a calificaciones subjetivas más altas de depresión.

Calificaciones de síntomas al alta

  • Calificaciones clínicas: Ambos grupos mostraron niveles similares de mejora, sin diferencias significativas al alta.
  • Autoinformes: El grupo de trastorno de personalidad continuó informando síntomas depresivos más graves que el grupo de solo TDM.

Si bien ambos grupos se beneficiaron del tratamiento hospitalario, aquellos con trastornos de personalidad aún percibían sus síntomas como más graves, incluso cuando los clínicos observaron mejoras similares.

Función cognitiva

  • Dificultades autoinformadas: El grupo de trastorno de personalidad informó más problemas cognitivos tanto al ingreso como al alta.
  • Rendimiento objetivo: Ambos grupos mostraron mejoras similares en las pruebas cognitivas durante su estancia hospitalaria.

Este hallazgo destaca otra área donde la experiencia subjetiva y las medidas objetivas divergen para aquellos con trastornos de personalidad. A pesar de las mejoras medibles en la función cognitiva, estos individuos continuaron percibiendo mayores dificultades con la memoria, la atención y otros procesos cognitivos.

Qué significa esto para pacientes y familias

Estos hallazgos tienen varias implicaciones importantes para las personas que experimentan depresión, trastornos de personalidad o ambos:

  1. La experiencia subjetiva importa: Si bien las medidas objetivas son importantes, la percepción propia de una persona sobre sus síntomas y funcionamiento es crucial. Para aquellos con trastornos de personalidad, la experiencia subjetiva de la depresión puede ser más intensa de lo que sugieren las apariencias externas.

  2. El tratamiento puede ayudar a ambos grupos: Tanto los pacientes con TDM como con trastorno de personalidad mostraron mejoras durante la atención hospitalaria. Sin embargo, aquellos con trastornos de personalidad pueden continuar luchando con su experiencia subjetiva de los síntomas incluso cuando mejoran objetivamente.

  3. Las quejas cognitivas pueden persistir: Las personas con trastornos de personalidad pueden continuar informando dificultades cognitivas incluso cuando las pruebas muestran mejoría. Esto no significa que las quejas no sean reales; puede reflejar una mayor conciencia de los cambios cognitivos sutiles o diferencias en cómo se experimenta la función cognitiva.

  4. El diagnóstico es complejo: Las discrepancias entre las medidas subjetivas y objetivas resaltan los desafíos para diferenciar el TDM de los trastornos de personalidad. Una evaluación exhaustiva que considere múltiples factores es crucial para un diagnóstico preciso.

  5. Enfoques de tratamiento personalizados: Comprender estas diferencias puede ayudar a los clínicos a desarrollar planes de tratamiento más específicos. Por ejemplo, las personas con trastornos de personalidad pueden beneficiarse de apoyo adicional para reconocer e internalizar su progreso, o de terapias que aborden la experiencia subjetiva de los síntomas.

Limitaciones y direcciones futuras

Es importante tener en cuenta algunas limitaciones de este estudio. El tamaño de la muestra fue relativamente pequeño, y el entorno hospitalario puede no representar completamente cómo se presentan estas condiciones en entornos ambulatorios o comunitarios. Además, el estudio se centró en un conjunto específico de medidas y no exploró todos los aspectos posibles de la depresión o la función cognitiva.

La investigación futura podría expandir estos hallazgos:

  • Investigando una gama más amplia de funciones cognitivas
  • Siguiendo a los pacientes por períodos más largos después del alta
  • Explorando cómo diferentes tipos de trastornos de personalidad pueden influir en estos patrones
  • Examinando cómo estas diferencias impactan los resultados del tratamiento a largo plazo

Conclusiones

  • Las personas con trastornos de personalidad tienden a informar síntomas depresivos y dificultades cognitivas más graves que aquellas con solo TDM, incluso cuando las medidas objetivas muestran una gravedad similar o menor.
  • Ambos grupos pueden beneficiarse del tratamiento hospitalario, mostrando mejoras en el estado de ánimo y la función cognitiva.
  • La brecha entre la experiencia subjetiva y las medidas objetivas en aquellos con trastornos de personalidad persiste incluso después del tratamiento.
  • Comprender estas diferencias puede ayudar a mejorar el diagnóstico, la planificación del tratamiento y el apoyo para personas con depresión, trastornos de personalidad o ambas condiciones.

Al reconocer la compleja interacción entre la depresión y los trastornos de personalidad, los pacientes, las familias y los clínicos pueden trabajar juntos para desarrollar enfoques más personalizados y efectivos para la atención de la salud mental.

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