Autores: Kreshnik Burani; C. J. Brush; Grant S. Shields; Daniel N. Klein; Brady Nelson; George M. Slavich; Greg Hajcak · Investigación
¿Cómo afectan los factores estresantes de la vida y las respuestas cerebrales a las recompensas al riesgo de depresión en adolescentes?
Un estudio encuentra que experimentar más eventos estresantes agudos interactúa con un procesamiento disminuido de recompensas en el cerebro para predecir aumentos en los síntomas de depresión en adolescentes.
Fuente: Burani, K., Brush, C. J., Shields, G. S., Klein, D. N., Nelson, B., Slavich, G. M., & Hajcak, G. (2023). Cumulative lifetime acute stressor exposure interacts with reward responsiveness to predict longitudinal increases in depression severity in adolescence. Psychological Medicine, 53, 4507-4516. https://doi.org/10.1017/S0033291722001386
Lo que necesitas saber
- Experimentar más eventos estresantes agudos a lo largo de la vida predice aumentos en los síntomas depresivos en adolescentes, pero solo en aquellas que muestran respuestas cerebrales disminuidas a las recompensas.
- Una respuesta cerebral más fuerte a las recompensas puede proteger contra los efectos depresivos de la exposición al estrés agudo.
- Los hallazgos sugieren que mejorar la capacidad de respuesta a las recompensas podría potencialmente aumentar la resiliencia al estrés y reducir el riesgo de depresión en adolescentes.
Cómo el estrés vital y las respuestas cerebrales a las recompensas afectan el riesgo de depresión
La depresión es una condición de salud mental común y seria que a menudo comienza durante la adolescencia, especialmente en las chicas. Los investigadores han identificado dos factores clave que parecen jugar un papel en el riesgo de depresión: experimentar eventos vitales estresantes y mostrar respuestas cerebrales reducidas a las recompensas. Sin embargo, gran parte de la investigación previa ha examinado estos factores por separado o se ha centrado solo en estresores recientes. Este estudio tuvo como objetivo examinar cómo la exposición a eventos estresantes a lo largo de la vida podría interactuar con las respuestas cerebrales a las recompensas para predecir aumentos en los síntomas depresivos a lo largo del tiempo en adolescentes.
Midiendo la exposición al estrés y las respuestas a las recompensas
Los investigadores reclutaron a 245 adolescentes de 8 a 14 años y las siguieron durante un período de dos años. Al comienzo del estudio, las chicas completaron una tarea simple en computadora donde podían ganar pequeñas cantidades de dinero mientras se registraba su actividad cerebral mediante electroencefalografía (EEG). Esto permitió a los investigadores medir la respuesta neural de cada participante a las recompensas, específicamente observando una señal cerebral llamada positividad de recompensa (RewP). El RewP refleja cuán fuertemente responde el cerebro al recibir una recompensa versus no recibirla.
Dos años después, las chicas completaron una evaluación exhaustiva de los eventos vitales estresantes que habían experimentado a lo largo de su vida utilizando una herramienta llamada Inventario de Estrés y Adversidad para Adolescentes (Adolescent STRAIN). Esta mide tanto los estresores agudos (eventos a corto plazo que duran unos días, como tener un accidente) como los estresores crónicos (dificultades duraderas de al menos un mes, como problemas financieros continuos). Las participantes también completaron cuestionarios sobre sus síntomas depresivos en ambos momentos.
La exposición al estrés agudo interactúa con las respuestas a las recompensas
El hallazgo clave fue que una mayor exposición a estresores agudos a lo largo de la vida predijo aumentos en los síntomas depresivos dos años después, pero solo para las chicas que mostraron una respuesta disminuida de positividad de recompensa al comienzo del estudio. En otras palabras, experimentar más eventos estresantes agudos se vinculó con un empeoramiento de la depresión, pero este efecto fue más fuerte en aquellas cuyos cerebros respondieron menos intensamente a las recompensas.
Curiosamente, esta interacción no se encontró para los estresores crónicos. Aunque la exposición al estrés crónico predijo aumentos en los síntomas depresivos en general, este efecto no dependió de las diferencias individuales en la capacidad de respuesta a las recompensas.
Comprendiendo la conexión cerebro-comportamiento
Estos resultados se ajustan a un modelo de “diátesis-estrés” de la depresión, que propone que algunos individuos tienen vulnerabilidades preexistentes que los hacen más susceptibles a desarrollar depresión cuando se exponen a eventos vitales estresantes. En este caso, un procesamiento disminuido de recompensas en el cerebro parece ser un factor de vulnerabilidad que aumenta el riesgo de depresión frente a la exposición al estrés agudo.
Pero, ¿por qué una capacidad de respuesta reducida a las recompensas podría hacer a alguien más vulnerable a la depresión inducida por el estrés? Una posibilidad es que las personas que responden menos intensamente a las recompensas puedan ser menos propensas a buscar o participar en actividades gratificantes que podrían ayudar a amortiguar los efectos negativos del estrés. También pueden tener más dificultades para mantener una perspectiva positiva o motivarse para hacer frente a los factores estresantes.
Por otro lado, tener una respuesta neural más fuerte a las recompensas parece ser protector, incluso para aquellos que experimentan altos niveles de estrés agudo. Esto sugiere que las intervenciones dirigidas a mejorar la capacidad de respuesta a las recompensas podrían potencialmente aumentar la resiliencia y reducir el riesgo de depresión en adolescentes expuestos a eventos vitales estresantes.
Implicaciones para la comprensión y el tratamiento de la depresión
Estos hallazgos tienen varias implicaciones importantes:
Destacan la importancia de considerar tanto los factores ambientales (como la exposición al estrés) como las diferencias individuales en la función cerebral al tratar de comprender el riesgo de depresión.
Sugieren que los estresores agudos a corto plazo pueden ser particularmente impactantes para el riesgo de depresión en adolescentes, especialmente para aquellos con un procesamiento disminuido de recompensas.
Señalan la capacidad de respuesta a las recompensas como un objetivo potencial para intervenciones dirigidas a prevenir o tratar la depresión. Por ejemplo, la terapia de activación conductual, que fomenta la participación en actividades gratificantes, podría ser especialmente útil para individuos con respuestas disminuidas a las recompensas.
Subrayan el valor de adoptar una perspectiva de ciclo vital al estudiar los factores de riesgo de depresión, en lugar de centrarse solo en eventos recientes.
Limitaciones y direcciones futuras
Es importante señalar algunas limitaciones de este estudio. La muestra consistió solo en adolescentes, por lo que no está claro si se encontrarían los mismos patrones en chicos o adultos. Las participantes también eran principalmente de entornos blancos de clase media, por lo que se necesitan muestras más diversas para asegurar que estos hallazgos se generalicen a otras poblaciones.
Además, aunque el estudio siguió a las participantes durante dos años, sería valioso seguir a las personas durante períodos aún más largos para ver cómo se desarrollan estos factores de riesgo a lo largo del tiempo. La investigación futura también podría examinar si las intervenciones que mejoran la capacidad de respuesta a las recompensas podrían realmente prevenir la depresión en adolescentes de alto riesgo expuestos a estresores agudos.
Conclusiones
- Experimentar más eventos vitales estresantes agudos predice aumentos en los síntomas depresivos en adolescentes, pero principalmente para aquellas que muestran respuestas cerebrales disminuidas a las recompensas.
- Una respuesta neural robusta a las recompensas puede servir como un factor protector contra la depresión inducida por el estrés.
- Las intervenciones dirigidas a mejorar la capacidad de respuesta a las recompensas podrían potencialmente aumentar la resiliencia al estrés y reducir el riesgo de depresión en adolescentes vulnerables.
Este estudio proporciona valiosas ideas sobre cómo las experiencias vitales y la función cerebral interactúan para moldear el riesgo de depresión durante el crucial período de desarrollo de la adolescencia. Al identificar factores de riesgo específicos y mecanismos protectores potenciales, esta investigación allana el camino para enfoques más dirigidos y efectivos para prevenir y tratar la depresión en los jóvenes.