Autores: N. Runia; I.O. Bergfeld; B.P. de Kwaasteniet; J. Luigjes; J. van Laarhoven; P. Notten; G. Beute; P. van den Munckhof; P.R. Schuurman; D.A.J.P. Denys; G.A. van Wingen · Investigación

¿Cómo afecta la estimulación cerebral profunda la actividad cerebral en la depresión resistente al tratamiento?

La estimulación cerebral profunda normaliza la actividad y conectividad de la amígdala en pacientes con depresión resistente al tratamiento.

Fuente: Runia, N., Bergfeld, I. O., de Kwaasteniet, B. P., Luigjes, J., van Laarhoven, J., Notten, P., Beute, G., van den Munckhof, P., Schuurman, P. R., Denys, D. A. J. P., & van Wingen, G. A. (2022). Deep Brain Stimulation Normalizes Amygdala Responsivity in Treatment-Resistant Depression. medRxiv. https://doi.org/10.1101/2022.09.08.22279718

Lo que necesitas saber

  • La estimulación cerebral profunda (ECP) normalizó la actividad reducida de la amígdala en pacientes con depresión resistente al tratamiento
  • La ECP aumentó las conexiones entre la amígdala y otras regiones cerebrales involucradas en el procesamiento emocional y el control motor
  • Estos cambios cerebrales se asociaron con una mejora en los síntomas de depresión y tiempos de reacción más rápidos

¿Qué es la estimulación cerebral profunda?

La estimulación cerebral profunda (ECP) es un tratamiento quirúrgico que implica la implantación de electrodos en áreas específicas del cerebro. Estos electrodos envían impulsos eléctricos que pueden alterar la actividad cerebral. Aunque la ECP es un tratamiento establecido para trastornos del movimiento como la enfermedad de Parkinson, los investigadores ahora están explorando su potencial para tratar la depresión severa que no ha respondido a otras terapias.

¿Cómo se realizó este estudio?

Este estudio examinó a pacientes con depresión resistente al tratamiento (DRT) que recibieron ECP dirigida a un área del cerebro llamada brazo anterior ventral de la cápsula interna (vALIC). El vALIC conecta la corteza frontal con estructuras cerebrales más profundas involucradas en la emoción y la motivación.

Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para medir la actividad cerebral mientras los participantes veían imágenes de rostros con diferentes expresiones emocionales. Compararon la actividad cerebral en pacientes con DRT antes y después de recibir el tratamiento con ECP, así como comparando a los pacientes con un grupo de individuos sanos sin depresión.

¿Qué encontró el estudio?

Normalización de la actividad de la amígdala

Uno de los hallazgos clave fue que la ECP normalizó la actividad en una región cerebral llamada amígdala en pacientes con DRT. La amígdala está involucrada en el procesamiento de emociones, especialmente el miedo y la ansiedad.

Antes del tratamiento, los pacientes con DRT mostraron una actividad reducida en la amígdala derecha en comparación con individuos sanos al ver rostros emocionales. Después de varios meses de tratamiento con ECP, la actividad de la amígdala derecha en los pacientes aumentó a niveles similares a los de los participantes sanos.

Esta “normalización” de la actividad de la amígdala es significativa porque el funcionamiento anormal de la amígdala se ha relacionado con síntomas de depresión. Al restaurar respuestas más típicas de la amígdala, la ECP puede ayudar a aliviar las dificultades de procesamiento emocional en la depresión.

Aumento de la conectividad cerebral

Los investigadores también encontraron que la ECP activa aumentó las conexiones entre la amígdala y otras regiones cerebrales importantes durante la tarea de visualización de rostros emocionales. Específicamente, hubo un aumento en la conectividad entre la amígdala y áreas involucradas en:

  • Procesamiento sensorial y motor (giro precentral, giro postcentral, corteza parietal)
  • Control cognitivo y atención (corteza cingulada anterior)
  • Relevancia emocional y memoria (corteza cingulada posterior)

Esto sugiere que la ECP puede mejorar la comunicación entre las redes cerebrales involucradas en la percepción de información emocional, la dirección de la atención y el comportamiento, y la regulación de las respuestas emocionales.

Mejora de los síntomas y tiempos de reacción

Es importante destacar que estos cambios cerebrales se asociaron con mejoras clínicas. Los pacientes mostraron una disminución significativa en los síntomas de depresión después de meses de tratamiento con ECP.

La actividad normalizada de la amígdala también se relacionó con tiempos de reacción más rápidos cuando se les pidió a los pacientes que categorizaran los rostros emocionales que veían. Esto puede reflejar un mejor procesamiento de la información emocional y atención.

¿Qué significan estos hallazgos?

Reversión del “embotamiento emocional”

Los investigadores sugieren que la ECP puede ayudar a revertir el “embotamiento emocional” en la depresión resistente al tratamiento. El embotamiento emocional se refiere a una capacidad reducida para experimentar tanto emociones positivas como negativas. Puede ocurrir como un síntoma de depresión o como un efecto secundario de algunos medicamentos antidepresivos.

El hallazgo de que la ECP aumentó las respuestas de la amígdala a los rostros emocionales, independientemente de si las expresiones eran positivas o negativas, respalda esta idea. Al mejorar la actividad de la amígdala, la ECP puede ayudar a los pacientes a ser más receptivos a la información emocionalmente significativa en su entorno.

Mejora de la vigilancia emocional

El aumento de la conectividad entre la amígdala y las regiones cerebrales relacionadas con el movimiento, junto con tiempos de reacción más rápidos, sugiere que la ECP puede mejorar la “vigilancia emocional”. Esto se refiere a la capacidad de detectar y responder rápidamente a información emocionalmente relevante.

En la depresión, los pacientes a menudo muestran una vigilancia emocional reducida, que puede manifestarse como reacciones más lentas o una conciencia reducida de las señales emocionales. Al fortalecer las conexiones entre los sistemas emocionales y motores en el cerebro, la ECP puede ayudar a los pacientes a interactuar más fácilmente con los estímulos emocionales.

Modulación de redes cerebrales más amplias

Aunque la ECP implica estimular un objetivo cerebral específico, este estudio muestra que puede tener efectos generalizados en el funcionamiento cerebral. Los cambios en la conectividad entre la amígdala y regiones como la corteza cingulada anterior demuestran cómo la ECP puede modular redes enteras involucradas en la regulación emocional.

Esto se alinea con la idea de que la depresión implica una disfunción en circuitos cerebrales interconectados, en lugar de solo regiones cerebrales aisladas. Al intervenir estratégicamente en una parte del circuito (el vALIC), la ECP parece capaz de normalizar dinámicas de red más amplias.

Limitaciones y direcciones futuras

Es importante tener en cuenta algunas limitaciones de este estudio:

  • El tamaño de la muestra fue relativamente pequeño (11 pacientes en el análisis principal), lo cual es común en estudios de tratamientos experimentales de estimulación cerebral. Se necesitarán estudios más grandes para confirmar los hallazgos.

  • El estudio no pudo determinar si los cambios cerebrales causaron directamente las mejoras en los síntomas, o si simplemente estaban correlacionados.

  • Aunque los resultados son prometedores, la ECP sigue siendo un tratamiento experimental para la depresión que requiere más investigación para establecer su eficacia y seguridad a largo plazo.

Estudios futuros podrían explorar si la actividad de la amígdala o los patrones de conectividad podrían predecir qué pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse de la ECP. Los investigadores también pueden investigar cómo la ECP afecta otras regiones y redes cerebrales involucradas en la depresión.

Conclusiones

  • La estimulación cerebral profunda normalizó la actividad reducida de la amígdala en pacientes con depresión resistente al tratamiento, potencialmente revirtiendo el embotamiento emocional.

  • La ECP aumentó la conectividad entre la amígdala y las regiones cerebrales involucradas en la atención, el control cognitivo y el comportamiento motor.

  • Estos cambios cerebrales se asociaron con una mejora en los síntomas de depresión y pueden mejorar la capacidad de los pacientes para interactuar con la información emocional en su entorno.

Este estudio proporciona nuevas perspectivas sobre cómo la estimulación cerebral profunda puede aliviar la depresión al modular circuitos cerebrales clave involucrados en el procesamiento emocional. Aunque se necesita más investigación, los hallazgos sugieren que la ECP tiene el potencial de “recablear” las redes cerebrales disfuncionales en la depresión resistente al tratamiento.

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