Autores: Maliha Afrin Proma; Sohel Daria; Salsabil Islam; Zabun Nahar; Sardar Mohammad Ashraful Islam; Mohiuddin Ahmed Bhuiyan; Md. Rabiul Islam · Investigación

¿Cómo se relacionan los niveles sanguíneos de MCP-1 con la depresión?

Este estudio encontró niveles más bajos de una proteína inmune clave en personas con depresión, sugiriendo un vínculo entre la inflamación y los trastornos del estado de ánimo.

Fuente: Proma, M. A., Daria, S., Islam, S., Nahar, Z., Islam, S. M. A., Bhuiyan, M. A., & Islam, M. R. (2020). Monocyte chemoattractant protein-1 levels are associated with major depressive disorder. medRxiv. https://doi.org/10.1101/2020.11.26.20239293

Lo que necesitas saber

  • Las personas con trastorno depresivo mayor (TDM) tenían niveles sanguíneos más bajos de una proteína inmune llamada MCP-1 en comparación con individuos sanos.
  • Los niveles más bajos de MCP-1 se asociaron con síntomas de depresión más graves, especialmente en mujeres.
  • Medir los niveles de MCP-1 podría ayudar a diagnosticar la depresión y orientar el tratamiento en el futuro.

Antecedentes sobre depresión e inflamación

El trastorno depresivo mayor (TDM) es una condición de salud mental común y grave que afecta a millones de personas en todo el mundo. Causa sentimientos persistentes de tristeza, pérdida de interés en actividades y puede impactar significativamente el funcionamiento diario y la calidad de vida. Aunque sabemos que la depresión implica cambios en la química y función cerebral, los investigadores aún están trabajando para comprender completamente sus causas subyacentes.

En los últimos años, los científicos han encontrado evidencia que vincula la inflamación en el cuerpo con la depresión. La inflamación es parte de la respuesta del sistema inmune a lesiones o enfermedades. Algunos estudios han demostrado que las personas con depresión tienden a tener niveles más altos de marcadores inflamatorios en su sangre. Esto ha llevado a los investigadores a estudiar si las proteínas del sistema inmune pueden jugar un papel en la depresión.

Una de estas proteínas se llama proteína quimioatrayente de monocitos-1 (MCP-1). La MCP-1 ayuda a regular la inflamación y las respuestas inmunes en el cuerpo. También parece tener efectos sobre la función cerebral. Investigaciones previas han sugerido que los niveles de MCP-1 pueden estar alterados en personas con depresión, pero los resultados han sido mixtos. Este estudio tuvo como objetivo examinar más a fondo la relación entre MCP-1 y el trastorno depresivo mayor.

Cómo se realizó el estudio

Los investigadores reclutaron a 114 personas diagnosticadas con trastorno depresivo mayor y 106 individuos sanos sin depresión para servir como grupo de control. Los dos grupos fueron emparejados en factores como edad y género.

A todos los participantes se les tomaron muestras de sangre para medir sus niveles de MCP-1. Los investigadores utilizaron una técnica llamada ELISA para cuantificar la cantidad de proteína MCP-1 en el suero sanguíneo de cada persona.

Para evaluar la gravedad de la depresión, utilizaron una escala de calificación estandarizada llamada Escala de Calificación de Depresión de Hamilton (HAM-D). Esta escala evalúa síntomas como estado de ánimo bajo, problemas de sueño, ansiedad y otros signos de depresión.

Los investigadores luego compararon los niveles de MCP-1 entre los grupos deprimidos y no deprimidos. También analizaron si MCP-1 se correlacionaba con las puntuaciones de gravedad de la depresión.

Hallazgos clave sobre MCP-1 y depresión

Los principales hallazgos del estudio fueron:

  1. Las personas con trastorno depresivo mayor tenían niveles sanguíneos de MCP-1 significativamente más bajos en comparación con el grupo de control saludable. El nivel promedio de MCP-1 fue de 90.10 pg/mL en participantes deprimidos versus 111.63 pg/mL en controles no deprimidos.

  2. Hubo una correlación negativa entre los niveles de MCP-1 y la gravedad de la depresión. Esto significa que a medida que los síntomas de depresión se volvían más severos según las puntuaciones HAM-D, los niveles de MCP-1 tendían a ser más bajos.

  3. La relación entre MCP-1 bajo y la gravedad de la depresión fue especialmente fuerte en mujeres. Las participantes femeninas con depresión más grave tenían los niveles más bajos de MCP-1.

  4. Utilizando solo los niveles de MCP-1, los investigadores pudieron distinguir entre individuos deprimidos y no deprimidos con buena precisión. La precisión diagnóstica fue del 83.7%.

Implicaciones de la investigación

Estos hallazgos se suman a la creciente evidencia de que la función del sistema inmune y la inflamación están vinculadas a la depresión. Sin embargo, los resultados fueron algo sorprendentes, ya que algunos estudios anteriores habían encontrado un aumento en lugar de una disminución de MCP-1 en la depresión.

Los investigadores sugieren algunas explicaciones potenciales de por qué los niveles de MCP-1 pueden ser más bajos en la depresión:

  1. Podría ser una respuesta compensatoria del cuerpo para tratar de reducir la inflamación.
  2. La depresión puede interferir con la producción normal de MCP-1.
  3. El estrés crónico asociado con la depresión podría suprimir el sistema inmune con el tiempo.

Independientemente del mecanismo exacto, este estudio indica que medir los niveles sanguíneos de MCP-1 podría potencialmente ayudar a diagnosticar la depresión en el futuro. También puede proporcionar información sobre la gravedad de los síntomas de depresión de una persona.

Además, si MCP-1 juega un papel en la depresión, podría representar un nuevo objetivo para el tratamiento. Valdría la pena explorar medicamentos que modulen los niveles o la actividad de MCP-1 como posibles antidepresivos.

Limitaciones y direcciones futuras

Es importante tener en cuenta algunas limitaciones de esta investigación:

  • Como estudio observacional, no puede probar que los cambios en MCP-1 causen directamente depresión o viceversa.
  • El estudio solo analizó un punto en el tiempo, por lo que no sabemos cómo podrían cambiar los niveles de MCP-1 a lo largo del curso de la depresión.
  • Otros factores como la dieta, el ejercicio y los medicamentos podrían influir en los niveles de MCP-1.

Los estudios futuros deberían examinar los niveles de MCP-1 en grupos más grandes de personas a lo largo del tiempo. Sería útil ver si el tratamiento exitoso de la depresión conduce a cambios en MCP-1. Los investigadores también deberían investigar si otros marcadores inflamatorios muestran patrones similares en la depresión.

Conclusiones

  • Los niveles sanguíneos de la proteína inmune MCP-1 son más bajos en personas con trastorno depresivo mayor en comparación con aquellos sin depresión.
  • Un MCP-1 más bajo se correlaciona con síntomas de depresión más graves, particularmente en mujeres.
  • Medir los niveles de MCP-1 puede ayudar a diagnosticar la depresión y evaluar su gravedad en el futuro.
  • Esta investigación respalda la idea de que la función del sistema inmune y la inflamación juegan un papel en la depresión, abriendo posibles nuevas vías para el tratamiento.

Aunque se necesita más investigación, este estudio contribuye a nuestra comprensión de la compleja biología subyacente a la depresión. Destaca la importancia de considerar el sistema inmune, no solo la química cerebral, al estudiar los trastornos del estado de ánimo. Con el tiempo, estas ideas pueden conducir a mejores formas de diagnosticar y tratar la depresión.

Back to Blog

Related Articles

View All Articles »