Autores: David Nothdurfter; Philippe Jawinski; Sebastian Markett · Investigación
¿Cómo se altera la conectividad cerebral en la depresión y en personas con riesgo genético?
Un estudio encuentra una reducción en la integridad de la materia blanca en la depresión y la vincula al riesgo genético, sugiriendo que la alteración en la conectividad cerebral podría ser un rasgo heredado.
Fuente: Nothdurfter, D., Jawinski, P., & Markett, S. (2022). White matter tract integrity is reduced in major depression and in individuals with genetic liability for depression. medRxiv. https://doi.org/10.1101/2022.11.09.22282111
Lo que necesitas saber
- Las personas con depresión muestran una reducción en la integridad de los tractos de materia blanca en el cerebro, particularmente en regiones que conectan diferentes partes de la corteza y el tálamo.
- Estos cambios en la conectividad cerebral se observan tanto en individuos actualmente deprimidos como en aquellos con antecedentes de depresión, sugiriendo que podrían ser una característica duradera.
- Los individuos sanos con mayor riesgo genético de depresión muestran reducciones similares en la integridad de la materia blanca, indicando que la alteración en la conectividad cerebral podría ser un rasgo heredado que aumenta el riesgo de depresión.
Entendiendo la conectividad cerebral y la depresión
La depresión es uno de los trastornos de salud mental más comunes en todo el mundo, afectando a millones de personas. Aunque sabemos que tanto los factores genéticos como los ambientales juegan un papel en la depresión, los investigadores aún están trabajando para entender exactamente cómo estos factores conducen al trastorno. Un área de estudio intenso es cómo la depresión se relaciona con la estructura física y las conexiones en el cerebro.
Nuestros cerebros están compuestos de materia gris, que contiene los cuerpos celulares de las neuronas, y materia blanca, que contiene las fibras largas (axones) que conectan diferentes regiones cerebrales. Estas conexiones de materia blanca forman el “cableado” del cerebro, permitiendo que diferentes áreas se comuniquen. La integridad o salud de estos tractos de materia blanca puede medirse utilizando una técnica de imagen cerebral llamada resonancia magnética de difusión.
Hallazgos clave sobre la conectividad cerebral en la depresión
Este estudio utilizó datos de más de 19,000 participantes del UK Biobank para investigar la integridad de la materia blanca en la depresión. Los investigadores compararon tres grupos: individuos actualmente deprimidos, aquellos con antecedentes de depresión pero sin síntomas actuales, y personas sin historial de depresión.
Los hallazgos clave fueron:
Reducción general de la integridad de la materia blanca: Tanto los individuos actualmente deprimidos como los anteriormente deprimidos mostraron una menor integridad general de los tractos de materia blanca en comparación con individuos nunca deprimidos.
Regiones específicas afectadas: Las reducciones fueron más prominentes en los tractos de materia blanca que conectan diferentes partes de la corteza cerebral (la capa externa del cerebro involucrada en funciones de alto nivel) y en los tractos que conectan la corteza con el tálamo (una estructura que transmite señales sensoriales y motoras).
Cambios duraderos: Importantemente, las reducciones en la integridad de la materia blanca se observaron tanto en individuos actualmente deprimidos como en aquellos con antecedentes de depresión pero sin síntomas actuales. Esto sugiere que estos cambios en la conectividad cerebral podrían ser una característica duradera asociada con la vulnerabilidad a la depresión, en lugar de ocurrir solo durante los episodios depresivos.
Riesgo genético y conectividad cerebral
La depresión tiende a ser familiar, y los estudios genéticos han identificado muchas variantes genéticas que contribuyen en pequeña medida al riesgo de depresión. Al combinar información de muchas de estas variantes, los investigadores pueden calcular una “puntuación de riesgo poligénico” que estima la predisposición genética de un individuo a la depresión.
Una pregunta clave es si los cambios en la conectividad cerebral observados en la depresión están relacionados con este riesgo genético. Para investigar esto, los investigadores analizaron la relación entre las puntuaciones de riesgo poligénico para la depresión y la integridad de la materia blanca en individuos sanos sin antecedentes de depresión.
Encontraron que las puntuaciones de riesgo poligénico más altas para la depresión se asociaban con una reducción de la integridad de la materia blanca, particularmente en las mismas regiones afectadas en la depresión diagnosticada. Esto significa que incluso en personas que nunca han estado deprimidas, un mayor riesgo genético para el trastorno está vinculado a alteraciones similares en la conectividad cerebral como las que se ven en la depresión diagnosticada.
¿Qué significa esto?
Estos hallazgos sugieren que la alteración de la conectividad cerebral, particularmente en regiones que conectan diferentes partes de la corteza y el tálamo, podría ser un “endofenotipo” para la depresión. Un endofenotipo es un rasgo medible que se sitúa entre los genes y los síntomas observables. Se piensa que está más cerca de la biología subyacente de un trastorno que los síntomas evidentes.
El hecho de que estos cambios en la conectividad cerebral sean:
- Presentes en la depresión
- Observados incluso después de la recuperación de la depresión
- Hereditarios (como lo demuestra su vínculo con las puntuaciones de riesgo genético)
- Presentes a un nivel más leve en individuos en riesgo pero sanos
Todos estos factores apoyan la idea de que la alteración de la integridad de la materia blanca podría ser un rasgo heredado que aumenta la vulnerabilidad a la depresión, en lugar de ser simplemente una consecuencia del trastorno.
Conclusiones
- La reducción de la integridad de los tractos de materia blanca, especialmente aquellos que conectan regiones corticales y el tálamo, se asocia tanto con la depresión actual como con la pasada.
- Reducciones similares en la integridad de la materia blanca están vinculadas al riesgo genético de depresión, incluso en individuos que nunca han estado deprimidos.
- Estos hallazgos sugieren que la alteración de la conectividad cerebral podría ser un rasgo heredado que aumenta la vulnerabilidad a la depresión, proporcionando nuevas perspectivas sobre cómo el riesgo genético puede conducir al trastorno.
- Comprender estos cambios en la conectividad cerebral podría potencialmente llevar a nuevas formas de identificar a aquellos en riesgo de depresión o de desarrollar tratamientos dirigidos en el futuro.